Te cuesta un triunfo quedar con ellas. Juntaros ya se había vuelto misión imposible y, encima, llegó la pandemia.
Las echas de menos más que comer un donut de chocolate durante la operación bikini. Necesitas sentirlas cerca, escucharlas, que te escuchen y reíros mucho, hasta que os duela la barriga, aunque sea detrás de una mascarilla.
Tu armario parece el bolso de Mary Poppins (¡vete tú a saber lo que puede salir de ahí!). Nunca encuentras un hueco para revisarlo y siempre acabas poniéndote lo mismo.
Se te cae el mundo (y la ropa) encima cada vez que tienes que hacer el cambio de armario de temporada. Tus perchas están llenas, pero no te apetece ponerte nada de lo ves en ellas.
Los badulakes contribuyen a crear un mundo más sostenible en el que se consume menos y se reutiliza más.
Este es el objetivo principal del movimiento.
Imagina renovar tu armario sin tener que sacar la tarjeta de crédito a pasear.
Bienvenida a Badulake: aquí no importa cuántas prendas aportes, cuántas te lleves o el valor económico de las mismas.
Nadie te asesora mejor que ellas, no hay mejor espejo que sus ojos.
Cada badulake es una experienia diferente, siendo las participantes tus mejores personal shoppers: otras chicas.
¿Te da pena tirar ropa de la que ya te has cansado, pero te da aún más pereza intentar venderla?
Tus amigas pueden aprovecharla y tú también puedes hacerte con algunas de sus prendas más atractivas.
¡No puede ser más fácil!
Unéte al movimiento #badulake